Histerosalpingografía. Ese nombre interminablemente largo y casi imposible de pronunciar. Incluso desconociendo de qué va la cosa, ya tiene un nombre horrible, suena a algo… doloroso, ¿no?
Bueno, eso mismo pensé yo cuando en la clínica me comentaron que tendría que hacérmela antes de comenzar cualquier tratamiento. Mi cara era todo un poema cuando el doctor pronunció ese nombre taaaaaaaan increíblemente largo, ¡parecía un trabalenguas! Me explicó brevemente en qué consistía la prueba y aquello no me sonó nada bien. Automáticamente, la asocié con dolor y pasar un mal rato. Pero había que hacerla si Rubio y yo queríamos comenzar nuestra primera IA. No era un asunto negociable.
Las analíticas hormonales las teníamos. El seminograma también. Tan sólo faltaba esa dichosa prueba. Y ayer fue el día. Como sabréis, la histerosalpingografía hay que hacerla entre el séptimo y décimo día del ciclo, y además, tienes que hacerte un test de embarazo para asegurarte de que no estás preñi. Con esta prueba, comprueban la cavidad uterina y las trompas del falopio para asegurarse que todo está bien y que éstas sean permeables. Para saberlo, te introducen una sonda con un contraste y van sacando diferentes radiografías en la sala de Rayos X en la que te encuentras. Es un tanto incómodo, porque estás tumbada en una camilla y no en un potro como los del ginecólogo, pero os puedo asegurar que no me dolió absolutamente nada. Nada de nada. Fui muy asustada por los comentarios que había leído en San Google, que si te mueres de dolor, que si fulanita se mareó, que si es un dolor insoportable… En estos casos, dejarte los ojos buscando en Internet es totalmente contraproducente. A mí no me dolió nada. Una ligera molestia similar a los dolores de la regla y nada más.
La doctora me mandó ponerme primero boca arriba, metió el contraste, sacó unas cuantas radiografías y después me tumbé hacia un lado y hacia el otro, tal y como ella me decía, para sacar unas cuantas radiografías más. Y ya está. No me morí de dolor y os puedo asegurar que soy una agonías! jajaja Cuando acabamos, bajé de la camilla, me vestí y me dieron una compresa porque podría aparecer un ligero sangrado después de la prueba. No fue mi caso.
Fuera, en la sala de espera, Super Mamá estaba impaciente. Yo la había asustado tanto con la dichosa prueba que la pobre estaba preocupada por si lo había pasado muy mal. Supongo que cuando vio mi cara relajada y sonriente pudo respirar tranquila.
«-¿Qué tal?»
«-Todo bien.»
-«¿Te dolió?»
Negué rotundamente con la cabeza. Tuvimos que esperar un buen rato hasta que me entregaron los resultados y por fin nos marchamos. La clínica de radiología en la que me realicé la prueba no se encuentra en mi ciudad, sino a treinta kilómetros de mi casa, así que a Super Mamá y a mí nos tocó comer a toda prisa (la prueba fue a las 5 de la tarde), recoger la casa a toda velocidad y salir con el coche con el tiempo suficiente para encontrar un sitio donde aparcar. No lo encontramos, por supuesto, y tuvimos que aparcar en uno de los párkings de la ciudad.
«-¿¡5´40€ por dos horas!? Joder!, ¿rompimos algo y no me he dado cuenta?, vociferó Super Mamá.
Antes de coger el coche y regresar a casa, Super Mamá y yo paseamos por la ciudad, que siempre me ha encantado para llevar a cabo grandes sesiones de compras y consumismo, comimos unos helados, nos tomamos unos refrescos tranquilamente en una terracita y nos fuimos de tiendas, que aunque no logramos encontrar nada de nuestro gusto, probamos muchos modelitos y nos lo pasamos en grande.
De camino a casa, Rubio me llamó para saber qué tal había ido la prueba. Él estaba incluso más nervioso que yo y le preocupaba que yo pudiera sentir dolor. Lo tranquilicé diciendo que no había sido para tanto y que muy pronto estaría en casa. Super Papá también estaba preocupado y no tardó en llamar. Me sentí muy reconfortada y arropada por los míos. Tía Favorita también llamó, le conté brevemente en qué había consistido la prueba y le aseguré que me encontraba fenomenal. No puedo pedir más, tengo una familia estupenda que se ha volcado desde el primer momento con nosotros.
De camino a casa, empecé a encontrarme mal y cuando por fin me fundí en mi sofá, tenía un dolor bastante molesto en la zona del abdomen. En la clínica ya me habían advertido de que después de la prueba podría encontrarme un poco mal, así que me tumbé y dejé que Rubio me mimara un poco, algo que me encanta! Preparó una pizza casera que estaba para chuparse los dedos y de postre: fresas con nata!!! La dieta a la porra, ea! jajaja
Me metí en la cama cuando el dolor se me hizo un poco insoportable y esta mañana cuando desperté, me encontraba fenomenal.
Ahora, tengo que llamar a la clínica para llevarle los resultados al doctor y espero que todo esté bien! En la clínica de radiología no me comentaron nada, sólo espero que eso no sea una mala señal.
Crucemos los dedos!