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EL PRINCIPIO DE (ESPERO) ALGO DIFERENTE

Hoy, el mundo es un poco más maravilloso. Siento mi ausencia, necesitaba desaparecer y recuperar la esperanza en mi próximo intento. Hoy, 26 de marzo, este blog cumple un año. Y hoy, 26 de marzo, vengo a deciros que esta mañana me han llamado para darme la noticia de que mi beta ha sido positiva.

Tantas lágrimas de dolor, tantos llantos de impotencia, tanta rabia por tantas piedras en el camino… y hoy he llorado de felicidad. Jamás había experimentado una sensación tan increíble como esa, llorar de pura felicidad.

Es un pasito más, un escalón más cerca de nuestro sueño.

Todavía es muy pronto, tenemos que ser cautos, pero nos apetece soñar.

Porque hoy me apetece ser feliz.

Y todo me parece más bonito.

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CALENTANDO MOTORES

Siento entrar con un día de retraso para contároslo, pero ayer me resultó imposible entrar y contaros las novedades. Ayer volví a la clínica; me habían indicado que debía volver cuando estuviese a punto de acabar las anticonceptivas y así lo hice. Pensé que se trataría de una consulta rutinaria para ver cómo estaba todo por ahí dentro y acabé marchándome para casa con el Gonapeptyl puesto.

¿Qué es el Gonapeptyl? Yo no tenía ni idea y en la clínica no me lo explicaron (a mi gine hay que sacarle las palabras con sacacorchos), pero mis chicas de la #infertilpandy resolvieron mis dudas enseguida y me explicaron que el Gonapeptyl se utiliza para frenar la actividad de los ovarios para empezar un ciclo sustituido de embriones congelados. Cuando la innombrable haga acto de presencia, empezaré con Meriestra para engordar mi endometrio y ponerlo bien guapo para recibir a mis pequeñines.

He estado investigando un poco y en muchas páginas sobre reproducción asistida dice que el Gonapeptyl se emplea en los tratamientos de FIV con protocolo largo para crear una menopausia artificial en casos por ejemplo de endometriosis o pólipos, con lo que éstos se reducen en la mayoría de los casos.

En fin, que esto es un mundo y se utiliza para diferentes procedimientos, pero lo importante es que frenará la actividad de mis ovarios y en breve empezaré con Meriestra y progesterona.

El gine me aseguró durante la ecografía que todo estaba bien, que los ovarios estaban parados y que no había nada malo que fuera a modificar nuestros planes de la transferencia (hablábamos de quistes, me imagino, ya que mi cuerpo es un experto en fabricarlos en cantidades industriales).

Me vestí y regresé a la consulta, en donde se me explicó la pauta a seguir: pinchar Gonapeptyl ese mismo día, terminar las anticonceptivas, esperar a que me venga la regla y empezar con la Meriestra al segundo o al tercer día (me lo confirmarán cuando llame por teléfono para informar de que la innombrable ha hecho acto de presencia). Una semana después de estar tomando la Meriestra (dos pastillas por la mañana y una por la noche), vuelvo a la clínica para ver como le va a mi endometrio y ahí me indicarán cómo seguir.

Me pinché el Gonapeptyl en la clínica, fui a comprarlo a la farmacia y la enfermera de eterna sonrisa me pinchó en un abrir y cerrar de ojos y pude marcharme.

Así que esto marcha de nuevo, la segunda transferencia está a la vuelta de la esquina. ¿Cómo me encuentro? Asustada, la verdad. La inocencia y la ilusión de la primera vez han desaparecido y ahora solo siento un miedo atroz a que se vuelva a repetir lo mismo de la otra vez. Sé que a medida que se aproxime la fecha de la transfer recuperaré la ilusión de nuevo, pero ya no será igual, no será tan emocionante ni esperanzadora. Pienso en mis peques, en mis dos soles brillantes que están esperándome y se me escapa una sonrisa, pero automáticamente me reprendo a mí misma por volver a ser tan ingenua.

No os voy a mentir, tengo miedo de otro negativo. Es imposible no tenerlo después de dos IA y una FIV negativas. Parece que estoy destinada a recibir negativos, que las buenas noticias no son para mí. Estoy deseando que las cosas cambien, que por fin recibamos una buena noticia, pero no puedo evitar esconderme en mi coraza para no sufrir más de lo necesario. Estoy cansada de que las cosas no nos salgan bien (en general, ya no hablo solo de los tratamientos), de que tengamos que luchar tanto para conseguir nuestras metas, de que esta maldita infertilidad no nos dé tregua en ningún momento.

A veces pienso que no puedo crear vida, que eso no va ni conmigo ni con mi cuerpo. No entiendo por qué hasta ahora nada ha funcionado. 5 ciclos de Omifin, relaciones programadas, 2 IA y una FIV negativas. Para mí, demasiado. Quiero creer que los sueños se cumplen, que todas nosotras tendremos a nuestros bebés como recompensa de este duro camino, pero a veces no puedo evitar verlo todo negro. En ocasiones pienso que no lo voy a conseguir, que eso solo le ocurre a unas cuantas afortunadas y que yo no pertenezco a ese grupo de ganadoras. Intento desterrar ese tipo de pensamientos porque no me hacen ningún bien, pero reconozco que el negativo de la FIV me ha dejado bastante tocada.

Intento estar bien por Rubio, porque él no se merece que lo bombardee con malos pensamientos o ideas pesimistas. Él es una persona optimista, una persona que siempre tira hacia adelante a pesar de las adversidades, pero sé que en el fondo también está cansado, cansado de que todo nos salga del revés. Sin embargo, siempre tiene una sonrisa en la cara para mí y el «Todo saldrá bien» que tanto me tranquiliza y me gusta escuchar. La tempestad y la calma, juntos en busca de su bebé.

Deseo con todas mis fuerzas que este 2015 me demuestre que no hay nada imposible y que los sueños pueden cumplirse. Bizcochito y Cacahuete están esperándome y reconozco que me muero de ganas de verles en la pantallita, de amarlos, de creer en ellos y de tenerlos dentro de mí. Puede que la ilusión no sea la misma que la otra vez, pero sigo teniéndola, sigo sintiendo mariposas en el estómago cada vez que pienso que muy pronto veré a mis pequeños y contemplaré con amor de madre las fotografías de su diminuto (pero tan grande a la vez) ser.

Como veis, estoy zambullida de lleno en una montaña rusa, incapaz de apearme y controlar mis sentimientos. En el fondo estoy acostumbrada, son más de dos años subida en ella, pero estoy deseando bajarme y abandonarla de la mano de mi hijo (o hijos).

Ahora sí que sí… Empieza la cuenta atrás para la Misión Bizcochito&Cacahuete 🙂 ¡Deseadme suerte!

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LA TRANSFER: UN MOMENTO MÁGICO

Para mí, uno de los momentos más bonitos que he experimentado en mi vida y junto a Rubio, ha sido nuestra transferencia. No podría describiros con palabras ese momento. Ahí estábamos nosotros dos, una pareja de soñadores con todas sus ilusiones puestas en un diminuto embrioncito que podría convertirse en el motivo más grande de su felicidad.

Para la transferencia nos llevaron al mismo quirófano en el que se realizó mi punción y, al igual que en la anterior ocasión, mis nervios estaban a flor de piel. Vestida con una bata abierta por atrás y unas zapatillas que también me proporcionaron allí, me subí al potro con todas mis ilusiones revoloteándome en el estómago. Rubio se sentó a mi lado, pendiente en todo momento del monitor de nuestra derecha.

El gine nos indicó cuándo debíamos mirar al monitor y, entonces, lo vimos. Un destellito de luz blanca que entró en mí a toda prisa, provocándome un amor inmenso hacia esa estrellita tan linda. Rubio no dejaba de acariciarme la cara y el pelo, emocionado de ver a su chiquitín. Ha sido un momento en pareja precioso, realmente intenso. Por un breve momento desvié mi atención del monitor y le miré, y sentí que no podría haber escogido a una persona mejor con la que compartir mi vida. Serás un gran padre, mi vida, nuestro bebé se sentirá realmente afortunado.

Finalmente, hemos puesto un embrioncito y no dos, como habíamos pensado. Antes de la transferencia, el doctor vino a vernos a la habitación y nos informó que dos de los embriones eran buenos y otro no tanto, y que debido a mi edad y a lo bonito del embri, nos aconsejaba transferir solo uno. Nosotros íbamos con la idea de poner dos, sobre todo para aumentar las posibilidades de que al menos uno de ellos se quedase con nosotros, pero decidimos dejarnos aconsejar y, finalmente, nos pusimos a uno de los embris. Ahora Bonito y NoTanBonito (para los demás, para mí siempre será precioso) han sido congelados y serán nuestro Plan B (que espero no necesitar por ahora) 😉

Así que aquí estoy, con Canica dentro de mí, cuidándolo mucho y dándole mucho calor y amor para que decida quedarse. Con mi familia no tengo palabras, me están cuidado tanto que no puedo dejar de sentirme afortunada por la gente que me rodea. No le hemos dicho a ninguno de nuestros amigos nada de la FIV y tampoco a muchos miembros de nuestra familia, pero Super Papás, Tía Favorita y Abuela Dulce están al tanto de todo y me están cuidando muchísimo. Super Mamá hoy no ha ido a trabajar para quedarse conmigo y no dejarme hacer ninguna tarea en casa (es que me la como!), Super Papá se emocionó mucho al ver la fotito de nuestra Canica, Tía Favorita no ha dejado de achucharme a cada momento y Abuela Dulce ha venido a desearme lo mejor, cargada con su amor característico. A la pobre la han operado de la cadera hace unos meses y hoy ha venido a verme caminando con sus muletitas; se ha sentado a mi lado y me ha arropado con la manta, mirándome con esa mirada suya que transmite tanto.

Cuídate mucho, cariño. Y cuídalo mucho, tiene que quedarse con nosotros, me dijo. ¡Si es que no se puede ser tan dulce!

La beta será el 2 de febrero, dentro de 12 días, y esta vez me he propuesto vivirla de otra manera, más relajada y sin darle muchas vueltas al tema… Ojalá lo consiga!

Canica, cielo, ¡agárrate fuerte!

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MI PEQUEÑO DESTELLO DE LUZ

Y ya estás dentro de mí. Una diminuta lucecita blanca, un destello de esperanza tan lleno de vida. Mi vida, mi pequeña estrellita, mi sol brillante que me ha hecho recuperar la ilusión.

No me esperaba que el momento fuese tan mágico, nuestro primer encuentro, el cara a cara de una futura mami y su pequeño embrioncito. Te vi, tan pequeño y vulnerable, y no pude evitar amarte y enamorarme de tu extraña simetría. Y te protegeré y te cuidaré, porque tú eres lo que más quiero y solo deseo que decidas quedarte conmigo.

Son extraños los sentimientos que me despiertas… ¿Cómo puedo quererte con tanta intensidad, sentir que eres mío y parte de mí, saber que removería cielo y tierra solo por tenerte a mi lado, si no eres más que una diminuta forma en un monitor? Supongo que la respuesta es sencilla: porque eres mío, formas parte de mí, eres la pequeña esperanza que tanto necesitaba.

Y no puedo creerme que existas, que te hayas formado, que seas el principio de una vida que podría quedarse conmigo. No existen palabras para describir este amor loco de una futura madre y su embrioncito campeón; porque es eso: auténtica locura.

Te vi entrar en mí convertido en un destellito precioso de luz blanca. Se me hizo un nudo en el estómago y no pude evitar emocionarme. ¡Ahí estabas! Tímido pero también impaciente, entrando a toda prisa. Papá y yo nos quedamos embobados viéndote en la pantalla, ¿cómo puedes ser tan mágico? Y desde ayer, miramos tu foto, imaginándonos que te quedas con nosotros.

En casa me cuidan mucho para que estés bien calentito y cómodo, ¿sabes? Papi nos cubre con mantas gordas y no deja que me levante del sofá. Si pudieras comprender la falta que nos haces…

Te quiero, cielo. Tanto que hasta duele.

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TRES ESTRELLAS

Últimamente, mi teléfono es un no parar de llamadas. Esta mañana, mientras desayunaba tranquilamente, me llamaron de la clínica. Era la embrióloga, la reconocí por su voz, dijo que me llamaba desde el laboratorio de La Fábrica de Sueños para informarme de que mis tres estrellitas seguían adelante, que la calidad en general era buena y que no nos preocupásemos, que todo estaba bien.

¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!

estrellas

Mis tres soles brillantes, mis tres ilusiones, mis tres polluelos creciendo a cada momento para encontrarse conmigo muy pronto. He de reconocer que estaba esperando la llamada con ansia, tenía miedo de que les hubiese ocurrido algo malo desde ayer hasta hoy, pero saber que los tres están bien me ha tranquilizado muchísimo.

Es una sensación extraña la de los embrioncitos, ¿verdad? ¿Cómo puedes querer tanto a alguien que solo es un puñado de células, alguien que todavía está formándose, alguien tan diminuto, tan indefenso, tan vulnerable? Porque para mí ya son alguien, no algo. Son mis campeones, las tres estrellitas que me han devuelto la ilusión de nuevo.

La transferencia ha quedado programada para mañana y estoy eufórica!!!! 🙂 Corrijo: ¡estamos eufóricos! Mañana podré verles por fin, seguro que me parecen lo más bonito que he visto en mi vida. Ahora mismo nos encontramos en pleno dilema acerca de cuántos transferir: si uno o dos. Rubio y yo tenemos claro que queremos poner dos estrellitas dentro de mí, aunque es cierto que últimamente las clínicas intentan evitar el embarazo múltiple y aconsejan transferir solo uno… Mañana, antes de la transfer, hablaremos con la gine, pero no creo que consiga decir nada que vaya a convencernos de lo contrario.

También le preguntaré acerca de las calidades de mis embrioncitos porque hoy no me lo han dicho y la verdad es que siento cierta curiosidad. No creo que importe demasiado, si fuesen de mala calidad me lo habrían dicho, pero oye, ya puestos, me interesa saberlo todo 🙂

Mañana será un gran día, un momento mágico en el que podré ver a mis estrellitas a través de una pantalla. El mundo se detendrá por un momento y yo sentiré que hemos llegado muy lejos después de tanto tiempo.

Preparaos, solecitos, cada vez estamos más cerca. 

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