Como desde hace varios años, Rubio y yo nos repartimos las fiestas entre su familia y la mía. Ya que Nochebuena la pasamos con mi familia política, fin de año tocaba con la mía. Todos los años es igual: anécdotas y bromas antes de las uvas, y copas y más bromas después de las uvas. Sin embargo, esta vez ocurrió algo diferente, algo que me removió el estómago y me provocó una sonrisa de oreja a oreja durante toda la noche.
Nos comimos las doce uvas, yo pedí en silencio que este nuevo año que entra por fin sea el nuestro y todos brindamos con alegría. Champán y sidra por todas partes, copas chocando, líquido derramándose, el corcho de las botellas volando sobre nuestras cabezas. Rubio y yo nos miramos a los ojos y nos besamos medio sonriendo; creo que los dos pedimos el mismo deseo. Y, entonces, toda mi familia se puso en pie y empezó a gritar con alegría deseos en voz alta, deseos cuyos protagonistas éramos nosotros.
«- ¡Arriba las copas! ¡Por Elora y por Rubio! ¡Porque este año se cumpla su deseo!»
«- ¡Vengaaa, que ese bebé cada vez está más cerca!»
«- ¡Vais muy bien, chicos, lo vais a conseguir! ¡Este año es el vuestro!»
«- ¡Ya falta menos! ¡Casi lo habéis conseguido!»
Vi la alegría en los rostros de Super Papás, la felicidad en la cara de Tía Favorita, el orgullo en las miradas de Abuelo Tierno y Abuela Dulce. Y levanté la copa y brindé; brindé por mis sueños y por los de Rubio, brindé por ser más fuerte cada día, brindé por no rendirme ante las adversidades, brindé por comerme el 2015 con patatas. Me sentí querida y comprendida pero, sobre todo, me sentí increíblemente agradecida. Rubio me miraba con ojos tiernos y sé que él sentía lo mismo que yo. Que Canica no solo es deseado por nosotros, sino por toda la gente buena que nos rodea.
Y entonces me dije… Tanta gente buena deseándonos lo mejor y enviándonos tantas energías positivas debería ayudar, ¿no? Quiero creer que este será el año en el que se cumplirán mis sueños (y el de todas las luchadoras que comparten mi camino), el año en el que todo habrá merecido la pena. Si encontrase un trabajo con el que romper la monotonía del día a día ya sería lo más de lo más!
A este 2015 solo le pido felicidad, alegría, mucho amor y salud para disfrutarlo con Rubio, mi familia y mis amigos. De lo demás, ya me ocupo yo. Sea como sea, lo conseguiremos. Y este año me trae muy buenas vibraciones.