Me gustaría decirte tantas cosas que las palabras se me rompen en la garganta. Canica, quiero que sepas que papá y mamá no dejan de buscarte, que cada paso dado es un paso más cerca de ti, que aquí estamos esperándote, deseando que pongas patas arriba nuestras vidas.
Me gustaría contarte lo increíble que es papá. Tu papá. Él siempre estará dispuesto a apoyarte, a emprender cualquier aventura alocada contigo o, simplemente, tenderte su mano cada vez que lo necesites. Porque él está deseando conocerte, Canica. Cada día lo veo más ilusionado, más motivado, con más ganas de luchar. Él quiere quererte, amarte, demostrarte que tú estás hecho para nosotros. Es una persona increíble. Y te sentirás tan orgulloso de poder decir: «Él es mi papá». ¡Él siempre sacará tiempo para jugar contigo! Porque, en realidad, tu papá es un niño grande, ¿sabes? Jugará contigo a la pelota o a las casitas, ¡a lo que tú quieras! Y verás cómo te sonríe, cómo se le llena el alma cada vez que le cojas la mano, cada vez que te quedes dormido entre sus brazos, haciéndole sentir vulnerable.
Y cuando te vea por primera vez, cuando contemple embobado tu cara preciosa y dulce, se enamorará tan perdidamente de ti que no sabrá cómo ha podido vivir hasta ahora sin alguien como tú. Y, cuando le conozcas por fin, mi Canica, sabrás de lo que hablo. Porque él ya te quiere incluso antes de que existas. Y, créeme cuando te digo, que él siempre estará aquí para ti.
Me gustaría hablarte de lo mucho que deseamos que estés con nosotros. Me gustaría decirte que hemos aprendido a cambiar lágrimas por sonrisas, malos momentos por cenas fueras de casa, enfados tontos por bromas aún más tontas. Aquí todo te está esperando!
Me gustaría hablarte también de tu mamá. De mí. De la persona en la que me has convertido incluso antes de estar aquí. Tu mamá antes no era tan fuerte como ahora, ni tan paciente, ni tan soñadora. Esas cualidades se las has otorgado tú! Tu mamá a veces está triste porque siente que está haciendo algo mal, en ocasiones se siente culpable de que todavía no estés aquí. Pero en seguida se le pasa cuando papá va a buscarla y la hace reír. Mamá te quiere con todo su corazón, Canica. No será la madre perfecta (ni intentará serlo) pero será la persona que te haga sentir que todo va bien, que eres libre de ser como quieras, que jamás te dará la espalda cuando algo te atormente.
Me gustaría decirte que serás un regalito, un trocito de cielo, mi corazón fuera de mi cuerpo, mi bebé precioso de carita tierna.
Y, mientras, aquí estaré, soñándote cada día. Te quiero, bebé.
«Duerme, duerme, aquí estaré,
las nubes serán tu colchón.
Que ni el viento ni la brisa te dejen
de acariciar, pues tú eres mi Don.
Duerme, duerme…»